Entre las pescas para proveer de alimento encontramos de dos tipos, la pesca artesanal y la comercial que usa la pesca de arrastre. Ambas tienen un fin común: la captura de especies para la venta y consumo. No obstante, hasta ahí llegarían sus similitudes porque cada una usa artes específicas, entre otras características que las hacen distar mucho una de la otra.
Revisemos algunos aspectos de este tipo de pesca y cómo es vista cada una según la función que cumplen en el mundo de la pesca profesional.
La pesca Artesanal contra la pesca de Arrastre
Se puede considerar ambas pecas como de tipo profesional, esto porque el objetivo no es la recreación o el poner en práctica una pesca con fines deportivos. Contrariamente la pesca de ambas busca sacar un beneficio de la misma, esto a nivel comercial.
La pesca artesanal
Hablamos en este caso de una pesca tradicional, aquella realizada por los pescadores de un sector con el fin de suplir tanto sus necesidades de alimento como la comercial, pero esto en una escala menor. La venta del pescado por parte de este rubro de pescadores es de tipo local.
Gracias a la pesca artesanal, los hogares y algunos restaurantes cercanos a la costa pueden obtener pescado fresco, regional, sin costes elevados y obtenidos con pesca sostenible.
La pesca artesanal se hace por lo general usando redes de pesca que le permite a los pescadores de costa o incluso de agua dulce, capturar las tallas y unidades requeridas para el consumo diario. Sin muchos desperdicios y sin sacrificar peces pequeños o especies que no resultan de interés.
La tecnología no tiene un gran protagonismo en la pesca artesanal, siendo más la experiencia y lo heredado por generaciones lo que verdaderamente define este arte.
La pesca de arrastre
Hablamos ahora de una pesca orientada a la comercialización a gran escala. La pesca de arrastre es una de las prácticas más controversiales al momento de la pesca comercial/industrial/profesional.
El arrastre consiste en una red, que puede ser de kilómetros de largo, lastrada y que barre el fondo marino en busca de diversas especies de peces y otras criaturas marinas. Conjuntamente con la pesca a la deriva, es considerada de las más perjudiciales para los ecosistemas.
Una de las razones por las que se considera una pesca dañina es porque no discrimina en el tipo de especie que se atrapa. Al no ser selectiva, en la red pueden quedar atrapadas especies en peligro o que no serán de consumo y que mueren sin oportunidad de ser detectadas a tiempo.
Hay varios tipos de arrastre: de costado, de popa, congelados, entre otros. Cada uno busca hacer la puesta del arrastre y la recuperación de la misma de una forma determinada.
Esta pesca requiere de embarcaciones con motores poderosos que permitan hacer la acción de arrastre por el fondo marino, con unas pesadas redes que deben batallar contra la presión del agua, la capturas y las dimensiones de la propia estructura.
Es una pesca agresiva que se intenta controlar por diversas organizaciones y gobiernos, pero que por obvias razones resulta productiva para la industria.